¿Quién no ha pasado por la situación de volver a casa al final del día muriéndose de hambre y se detuvo en el camino para comprar un sándwich? ¿O incluso a media tarde yendo a una reunión, atacando un chocolate, galletas y luego reprendiéndote por las tonterías que comiste durante el día, sintiéndote culpable cuando tus pantalones no cierran?
Bueno, esta situación descrita anteriormente es muy común para muchas personas, que no tienen tiempo o no pueden organizarse para comer sano. ¿Qué pasa en la vida de estas personas que no pueden priorizarse, consumidas por las diversas actividades que necesitan realizar durante el día?
Como consecuencia de la rutina de la vida diaria, los síntomas derivados del estrés están siendo tratados como un síndrome y ya están siendo reconocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el mal del siglo. Cansancio, irritación, falta de apetito sexual, dificultad para concentrarse y resfriados consecutivos. Estas molestias son cada vez más frecuentes en quienes llevan una vida ajetreada y exigente y caracterizan el síndrome del siglo.
No tenemos tiempo para nada que nos dé placer, y en este círculo vicioso que nos impone nuestra rutina, terminamos por no tener tiempo para las conductas que nos llevan a tener calidad de vida y buena nutrición.
Para las personas que viven estancadas en reuniones, charlas, actividades profesionales que requieren mucho compromiso y falta de tiempo, es necesario desarrollar algunas estrategias para comer con calidad, actitudes sencillas que requieren un poco de organización y disciplina.
Consejos interesantes:
- Organice un día de la semana para ir al supermercado a comprar, pero no para salirse de control durante la semana, recuerde comprar alimentos fáciles como fruta, yogur, barritas de cereales;
- Siempre prepare bocadillos a media mañana y tarde el día anterior, para no culpar a las prisas de la mañana;
- Tenga siempre comida que sea fácil de comer en casa, de modo que cuando esté en el tráfico, en una cita al aire libre, en el trabajo, tenga algo bueno a mano que pueda comer;
- Elija siempre restaurantes que tengan varias opciones saludables;
- En el caso de trabajar cerca de lugares sin buenos restaurantes, vale la pena llevar su propia lonchera, asegurando su dieta saludable;
- Lave siempre las verduras y deje los alimentos que sean fáciles de preparar en el frigorífico.
Todos estos consejos dependen de un aspecto fundamental, la organización y la disciplina, aspectos que están motivados por el deseo de mantenerse saludable. Todo en nuestra vida necesita estar equilibrado, porque cuando ponemos demasiado énfasis en un área de la vida y dejamos otra a un lado, sufrimos las consecuencias después.
Recuerda el ejemplo de un amigo que se dedica casi exclusivamente al trabajo, para ver cuánto se queja de ser sobre peso, la novia que abandonó, finalmente, un cuadro de desequilibrio y falta de sentido común.
Así, como en todo en nuestra vida la organización y la disciplina son importantes, con la alimentación no es diferente, por eso te invito a reflexionar sobre este aspecto y cuidarte para que tengas buenos hábitos que te lleven al bienestar y calidad de vida. la vida.